Emociones de hojalata

De Mar Lombardo

Hojalata tiene las emociones hechas un lío. Le acaban de instalar un corazón y no sabe cómo utilizarlo. Con la ayuda de su amiga Emma, el pequeño Robot irá conociendo el mundo de las emociones y lo que significa tener un CORAZÓN. Espectáculo sensorial dónde los más pequeños conocerán el mundo de las emociones a través de la luz, la poesía, la música y las imágenes, siempre acompañados por la figura de Emma y su amigo, el robot Hojalata.

Intérpretes

Mar Lombardo

Producción

Recomendado para niños/as de 6 meses a 4 años. Aforo limitado a 100 espectadores (50 niños + 50 adultos) por sesión.

Ventas

Venta de entradas: A partir del miércoles 1 de agosto en horario de taquilla. Venta de entradas por Internet: A partir del miércoles 1 de agosto, en www.auditoriomedinadelcampo.es

Ficha técnica

  • Dirección: Francisco Javier Rojo y Mar Lombardo
  • Duración: 35

La gata que quería cambiar la historia

La gata que quería cambiar la historia

La gata, el búho, el lagarto y el ratón es una historia de cuatro animales que viven en un árbol banyan. No son amigos sino más bien presas y depredadores. Todos viven con un poco de miedo al animal que está por encima de ellos en el árbol, pero consiguen convivir. Todo cambia cuando la gata cae en una trampa de un cazador y el ratón la salva con la promesa de que nunca le matará. Después del incidente, la gata intenta hacerse amiga del ratón, pero no acaba de confiar y es finalmente, el búho quien interviene. La historia pretende hablar sobre confianza y lealtad en contraste con las leyes de la naturaleza. En la obra contamos con los cuatro bailarines que manejan los títeres, una escenografía modular que representa el árbol de banyan y situaciones inteligibles entre los personajes, como el conflicto de la gata y el ratón. Los cuentos hindúes plantean preguntas sobre la moral y el razonamiento de los personajes. En la obra descubrimos a una Gata que se cuestiona los roles establecidos y el camino elegido para ella, a un Búho que es riguroso con las reglas, a un Lagarto que no quiere ningún tipo de esfuerzo y al Ratón, que está demasiado asustado para intentar nada.

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